Bonos
¿Son adecuados para mi perfil de inversión?
¿Tengo un perfil conservador, moderado o agresivo?
Aunque puede haber bonos a corto plazo con bajo riesgo, aptos para inversores conservadores, en general son instrumentos más recomendables para inversores con un perfil entre moderado y agresivo.
Desde el punto de vista de los inversores, la renta fija se caracteriza por tener un plazo y unos rendimientos previsibles. Al adquirir un bono u obligación, los inversores saben que, si lo conservan hasta la fecha de vencimiento, recuperarán el capital invertido. En algunos casos, el capital se recupera en forma de cuotas (amortizaciones) periódicas.
Además, mientras posean el título los inversores recibirán los rendimientos periódicos (intereses) establecidos en las condiciones de la emisión, como contraprestación por prestar el dinero al emisor.
Los valores de renta fija se negocian en los mercados de capitales, lo que permite a sus poseedores venderlos, en caso de que deseen recuperar su inversión antes de la fecha de vencimiento.
Títulos públicos y privados
Los bonos son títulos emitidos por el Estado Nacional, los estados provinciales o los municipios para financiar sus actividades (servicios públicos, desarrollo de infraestructuras, etc.). Es decir, los entes públicos territoriales se endeudan con los inversores, emitiendo bonos como reconocimiento de la deuda.
Las obligaciones negociables (ON) son los valores de renta fija emitidos por entidades y empresas privadas para financiar su desarrollo y sus actividades productivas.
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Si el emisor es una entidad a la que el mercado atribuye una considerable probabilidad de impago, para captar el ahorro de los inversores tendrá que ofrecer rendimientos más elevados. De este modo, los inversores asumen un mayor riesgo, a cambio de mayores expectativas de rentabilidad. Por el contrario, si un emisor es percibido como muy solvente, podrá financiarse en los mercados ofreciendo menores tipos de interés.
Las obligaciones negociables son bonos emitidos por privados, la solvencia de los emisores privados debe analizarse caso por caso, ya que depende de su sector de actividad, de los resultados obtenidos y de sus perspectivas de desempeño futuro. Consultá el nivel de riesgo de los diferentes títulos y emisores.
¿Cómo se obtienen los rendimientos? Mientras conservás el título, recibís los rendimientos mediante el cobro de los intereses periódicos, de acuerdo con las condiciones de la emisión. Estas se incluyen en el prospecto de la emisión y detallan, entre otros aspectos, las fechas de pago y la tasa de interés. La tasa puede ser fija o variable, y las rentas suelen percibirse con carácter mensual, trimestral, etc.
Si elegís venderlo en el mercado de valores antes del vencimiento, tus rendimientos vendrán dados por la diferencia entre el precio al que lo compraste y el precio de venta.
Si invertís en un bono u obligación a largo plazo, no necesitás esperar al vencimiento para recuperar tu inversión. Como se trata de títulos negociados en los mercados de capitales tenés la posibilidad de venderlo antes, obteniendo el valor que tenga el título en ese momento.
Sin embargo, te conviene elegir un título cuyo plazo se corresponda con tu perfil y tus objetivos de inversión. ¿Por qué es importante hacerlo así, considerando que podés deshacer la inversión cuando sea necesario?
El motivo es que, si conservás el bono o la obligación hasta el vencimiento, tenés mayor certeza sobre los rendimientos que vas a obtener. Por el contrario, si el título tiene un plazo superior a tu horizonte de inversión y lo vendés antes del vencimiento para recuperar el capital, asumís el riesgo de que, en ese momento, el precio de venta sea inferior a lo esperado, por lo que los rendimientos de la inversión serían negativos. Consultá la sección sobre Liquidez para conocer más sobre esta cuestión.
Si se trata de un valor con poca demanda, que interesa poco a los inversores, es probable que solo se pueda vender aceptando un precio muy inferior al esperado, incluso inferior al precio de compra. Esta situación reduce la liquidez del activo.
¿Por qué puede disminuir la demanda (y por lo tanto el valor) de un título de renta fija? Un motivo puede ser el cambio en la calificación de solvencia del emisor. Si las agencias encargadas de evaluar la capacidad de repago de una entidad consideran que podría tener dificultades para pagar los intereses y/o devolver el capital de sus valores de deuda, su precio baja.
Otro motivo puede ser la evolución de las tasas de interés en la economía. Si las tasas suben, las nuevas emisiones de obligaciones y bonos serán más rentables y atractivas para los inversores, por lo que no habrá demanda para los valores anteriormente emitidos a tasas inferiores; en consecuencia, el precio de mercado de estos últimos desciende. En este caso podés vender el título, pero aceptando una rebaja significativa de su valor. Esto hace que el valor se vuelva poco líquido.
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